Es uno de los pájaros más
fotografiados pero, en este caso, no es mi intención la simple exposición de
estas imágenes. Quiero contaros que tuve la grata oportunidad de observar los
primeros picotazos de la obra de este pájaro excavador de galerías. El año
anterior, esta parte del río Ebro fue reforzada con enormes bloques de roca
caliza; éste año, los bloques estaban en el fondo del río y el talud
desmoronado. La deforestación de las orillas da lugar a estos problemas de
erosión, no hay nada mejor que las raíces de fresnos, álamos etc. para retener
la tierra de sus márgenes. El caso es, que diversas riadas provocadas por
abundantes lluvias, resquebrajaron más el talud y seccionaron el nido de la
pareja de martines dando al traste con su laborioso trabajo. Reiniciaron la
construcción y, estas imágenes corroboran su éxito al lograr una nueva vivienda
donde traer al mundo a sus pequeños. He preferido en este caso, centrarme en la
atareada madre que vigila su nido desde posaderos adyacentes. De este modo, disfruto
observando detenidamente sus miradas atentas y sus repentinos cambios de ánimo
provocados por la aparición de transeúntes circulando por el camino situado
sobre el nido, también, de algún milano negro que aparece súbitamente sobre la
línea superior del talud.
Cuántas toneladas de escombros se
habrán basculado en las riberas a lo largo del río Ebro para elevar motas con
que proteger de inundaciones los terrenos de cultivo. No me extrañaría que
todos esos vertidos año tras año, sean también, los causantes de colmatar en gran
parte el fondo del cauce.
De los estratos del pequeño talud
frente al río Ebro donde anidan estas aves, sobresalen restos de sacos de
escombros, ladrillos, tubos de plástico, cables, etc. No hay nada más que ver
donde se posa el martín pescador; son
conglomerados de hormigón provenientes de construcciones derribadas. Luego
hablan de limpiar el río…
En todas las imágenes prácticamente,
la hembra de martín pescador no deja de controlar ni un momento la ubicación de
su nido. Justamente arriba, hay trazado un camino de paso de ciclistas y
paseantes, afortunadamente, no muy transitado.
La aparición repentina de un milano
negro activa la musculación de la hembra de martín pescador que pega sus plumas
al cuerpo dispuesta a emprender el vuelo. Sustos como el de la imagen se
suceden repetidamente a diario.
A continuación, una serie de fotos
desde la lejanía, donde el martín pescador se acicala protegido en su atalaya
de seguridad sobre la rama de un álamo junto al río.
Cuando algo le inquieta, adopta
esta curiosa postura.