En primavera y verano los zorzales consumen gran cantidad de caracoles.
Las piedras que utilizan los
zorzales como rompederos para acceder al interior de las conchas de los
caracoles se las conoce con el nombre de “yunques”. En cualquier fragmento pétreo
adecuado, un zorzal, prendiendo con el pico la parte exterior e interior del
molusco, logra, golpeándolo contra la piedra, romper el
blindaje que protege a su morador. No es difícil hallar estas pequeñas y no tan
pequeñas piedras con fragmentos de conchas esparcidas a su alrededor; cada
cual, por la cantidad de despojos contenidos, dará puntual información sobre su
fidelidad gracias a su buena ubicación.
Vista completa de la enorme piedra con unos prismáticos al fondo como referencia.
En el caso de la imagen, piedras
las hay por todo el cañón calizo del río Mesa pero, pocas con tan buena ubicación como
la mencionada. Se trata de un bloque desprendido que ha ido a parar justo al
lado de una acequia, un lugar inmejorable para hallar los preciados moluscos y
poder trabajarlos bajo la fronda protectora del soto.
De ahí, quizá, su repetida utilización.
Zorzal charlo Turdus viscivorus.